Señor, aquí tienes mi lámpara encendida
enséñame a llevar tu luz por toda mi vida
para que cuando vuelvas a mi puerta a golpear
yo pueda tu rostro contemplar.
Señor, aquí tienes el corazón de… (nombre de un amigo/familiar)
enséñale a llevar tu luz por toda su vida
para que cuando vuelvas a su puerta a golpear
él/ella pueda tu rostro contemplar.
Daniel Poli
Leer más:
– Hay que encender una luz
– Iluminados por la paz