Padre amoroso

Y por cuanto sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su hijo, el cual clama: ¡Abba Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (Gálatas 4, 6-7) Tener a Dios como nuestro Padre celestial es un privilegio muy grande, y…