La oración que embriaga

«Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa» Fijaos bien, hijos míos: el tesoro de un cristiano no está en la tierra, está en el cielo (Mt 6,20). Pues bien, nuestro pensamiento debe estar allí donde está nuestro tesoro. El hombre tiene una muy bella…